Lo cierto es que nos metimos en una cabina privada y comenzamos a entablar un combate de wrestling-bed que, sinceramente, fue muy caliente y excitante... Hubo un momento en que le tuve inmovilizado y comencé a pellizcarle los pezones para que se rindiera pero, ante mi sorpresa, a Miguel le encantaba sentir dolor en los pezones y mis pellizcos no sirvieron de nada. Eso me desorientó aunque seguí atacándole, esta vez atrapándole una pierna y procediendo a realizar una torsión con mis brazos pero, ante mi desesperación, Miguel no reaccionaba ante el dolor y aunque su pierna estaba aprisionada entre mis brazos, antes me cansé yo de apretar que él en demostrar una mínima señal de dolor y, cuando le solté en esa presa, esa fue mi perdición porque me atrapó en una headscisdsor al mismo tiempo que me masturbaba para hacerme correr y ganar así el combate. Yo intenté aflojar sus piernas metiendo los dedos entre el hueco que podría haber entre mi cuello y sus piernas pero su presa estaba siendo demasiado firme y nada pude hacer porque además, conforme su mano iba moviendo, cada vez con más ritmo y más fuerza, mi pene yo sentía más y más placer y con ese placer me quedaba sin fuerzas hasta que no tuve más remedio que eyacular y así perdí el combate.